¿De qué te extrañas, fuego, si ya me conoces?

lunes, mayo 24, 2004

El hotel casi en silencio. Tras su puerta, dos sodomitas invisibles se despojan de todo, mutuamente. Sus frases cachondas nos retienen congelados a medio pasillo. Son las doce de la noche y los vamos dibujando mentalmente. Sus rápidos orgasmos nos devuelven a la calma acostumbrada. Regresamos a dormir a nuestro cuarto.