¿De qué te extrañas, fuego, si ya me conoces?

viernes, julio 16, 2004

Mis pensamientos se convirtieron en algo rojo, muy rojo. Quise herir, quise matar. Y en la mañana te golpeé. Con la mano abierta, el golpe más duro que pude darte en ese momento. En esta hora me reconozco como algo irreconocible.