¿De qué te extrañas, fuego, si ya me conoces?

sábado, junio 26, 2004

· este cadáver soy. estos ojos atorados en tí, cuencas vacías que absorben aromas y te buscan tentando ese amor, palabras que no me caben, en mi boca una sombra de dos meses de altura. no me concibo dentro de tu muerte, no puedo ser así por mucho tiempo. el péndulo que siempre vuelve, se va, vuelve, pero siempre está, de alguna manera fijo, de alguna manera ido. hueco y traicionado, traidor yo mismo. un agujero con tu forma menguante. y con qué llenarlo, mi cristal caído, con qué agua.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Abrimos la historia y nos buscamos, leemos y leemos... nombres, gatos, sueños, pero jamás una huella, un vestigio. Buscamos entre páginas, entre líneas. Miramos de reojo, analizamos los hallazgos, calculamos fechas. Y el final, después del punto, nos revela que sólo fuimos una mancha deleble en la alfombra.

1:48 a.m.

 

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